¿Es bueno «fanfarronear» en una entrevista de trabajo?

Presumir mucho en una entrevista no es conveniente

Seguro que has oído hablar del término “personal branding”, un concepto por el cual el profesional se toma a sí mismo como una marca sobre la que hay que crear valor para vender en el mercado.

Este concepto se ha extendido tanto que hasta han surgido “coaches” para ayudar a los individuos a crear esas marcas propias. Para llamar la atención de las empresas y de los entrevistadores, esta marca personal tiene que presentarse como la mejor opción que puede encontrar una empresa pero… ¿hasta qué punto puede uno decir de sí mismo que es el mejor?

Existe la creencia de que para que un entrevistador te tenga en cuenta te tienes que presentar como el mejor candidato para el puesto, utilizando frases tan clichés como:

  • “No vas a encontrar a nadie tan cualificado como yo”
  • “Soy el mejor en lo que hago”
  • “Deberías contratarme porque voy a esforzarme más que nadie”

Lejos de causar buena impresión, estas frases ya han sido dichas por muchos candidatos antes que tú, por lo que no suponen ninguna sorpresa para el entrevistador. Esto es lo que en inglés se conoce como bragging”, que se traduciría en español como “fanfarronear”, y es algo muy común en las entrevistas de trabajo, pero poco útil. Te recomendamos echar un vistazo a nuestro artículo con las preguntas más frecuentes en una entrevista de trabajo para evitar este tipo de situaciones.

Es comprensible que muchos profesionales acudan a esta técnica ya que las entrevistas de trabajo pueden ser estresantes y la presión de querer ser el elegido prima por encima de otras cosas.

El problema es que esta manera de venderse no funciona. El “fanfarroneo” solo demuestra falta de confianza. Tan solo quienes no tienen confianza en si mismos necesitan que otras personas piensen que son los más listos o los mejores trabajadores.

¿Cómo hacer un entrevista sin caer en el “fanfarroneo” constante?

La mejor manera de evitar este molesto cliché es estar verdaderamente preparado. Cuando uno sabe de verdad de lo que está hablando puede contarlo desde la naturalidad, sin la necesidad de llamar demasiado la atención poniendo el foco en el manido “soy el mejor”.

Contar en primer lugar tus trofeos y tus logros tan solo demuestra que necesitas que otras personas reafirmen tu valor como profesional y expone tu falta de confianza en tus verdaderas habilidades.

En cambio, si cuentas tu experiencia con confianza, explicando lo que hiciste en los momentos que consideras más destacables de tu carrera y de los que estas orgulloso, demostrarás que sabes de lo que estas hablando. Por ejemplo, si cuentas un momento difícil de tu carrera, que te costó superar pero que finalmente resolviste con éxito, sonarás más real y demostrarás que tienes esa confianza que tanto quieres trasmitir.

Tampoco se trata de hacerte de menos, de pecar de “falsa modestia” o de desmerecer tus logros, más bien estaríamos hablando de demostrar tus habilidades sin tener que ser algo que no eres.

Pero, ¿y los entrevistadores? ¿Ellos también “fanfarronean” en las entrevistas? 

Esta mala costumbre no es territorio exclusivo de los entrevistados, los mismos entrevistadores caen en el error. Es habitual que algunos entrevistadores presenten la empresa y el puesto de trabajo exagerando algunos aspectos y omitiendo otros verdaderamente importantes, tan solo para que el entrevistado se sienta atraído por el puesto.

Este comportamiento no es recomendable pues tarde o temprano el trabajador se enterará y podría abandonar la empresa, con la consiguiente pérdida de talento y tiempo de búsqueda de otro candidato que esto supone.

Como ocurría cuando hablábamos de los entrevistados, no se trata de poner sobre la mesa solo los aspectos malos o “menos buenos” de la empresa, simplemente se trata de dar un discurso en el que no se mienta o exagere sobre aspectos que claramente no ocurren de esa manera en la empresa. Todos los trabajos tienen tareas poco divertidas y todas las empresas tienen aspectos que mejorar, no hace falta aparentar una perfección que no existe.

Como en otros aspectos de la vida, la naturalidad y la honestidad tienen que ir siempre por delante. No desmerezcas tus puntos fuertes pero no es necesario demostrar que eres el mejor en todo. Ser uno mismo es la clave para encontrar el puesto y la empresa que mejor se adapte a ti, así que ya sabes… ¡déjate de fanfarronerías en tu próxima entrevista de trabajo!