Y tú, ¿aún no trabajas en la nube?

 

Cada vez son más las empresas de todo tipo que adaptan sus sistemas de trabajo al cloud computing, el llamado trabajo en la nube que ofrece muchas ventajas pero que, como veremos, también puede acarrear algunos inconvenientes para las organizaciones.

En cualquier caso, se trata de una tendencia que en el futuro va a seguir creciendo y desarrollándose, eso es indudable. El término cloud computing hace referencia a una amplia variedad de servicios para las empresas disponibles en Internet, que hacen que no sea necesario trabajar ni guardar copias de proyectos o datos en equipos locales. Para acceder a estos servicios en la nube sólo hace falta un navegador o una app específica.

Existen tres tipos básicos de servicios en la nube: de infraestructura (IaaS), de plataforma (PaaS) y de software (SaaS):

Cloud Computing, trabajar en la nubeInfraestructure as a Service (Iaas): Es el primer nivel del cloud computing, que incluye los servicios de almacenamiento de datos, las copias de seguridad, máquinas virtuales, los servidores, etc.

Platform as a Service (PaaS): Se trata del siguiente nivel, en el que los proveedores ofrecen servicios que los clientes pueden utilizar para desarrollar sus propias aplicaciones, como por ejemplo Google App Engine.

Software as a Service: (SaaS): Se trata del último nivel, en el que el usuario sencillamente “alquila” de manera temporal un software para trabajar en la nube. Son los más conocidos y usados en pequeñas y medianas empresas, y por lo general no requieren de muchos conocimientos técnicos. Algún ejemplo lo encontramos en Microsoft 360, Google Apps o Salesforce service cloud.

Ahora que ya conoces los principales tipos de servicios en la nube, vamos a hacer un repaso de las principales ventajas e inconvenientes que tiene esta tecnología. Comenzamos con lo positivo:

Ahorro en costes: La tecnología basada en la nube es más económica que otros sistemas tradicionales. La eficiencia en la adquisición, mantenimiento y mejora de estos sistemas, así como su escalabilidad en función de las necesidades de la empresa se traduce en una reducción de costes para el departamento de IT.

Espacio para almacenamiento: La capacidad que ofrece el cloud computing a la hora de almacenar datos es, sin lugar a dudas, una de sus grandes ventajas.

Mayor flexibilidad: Otra ventaja es que se pueden adaptar las necesidades de la empresa al plan contratado con el proveedor de cloud en cualquier momento, de forma ágil y precisa.

Movilidad: Los servicios en la nube son accesibles desde cualquier lugar y con cualquier dispositivo conectado, lo que facilita mucho la vida a los empleados que necesitan viajar por trabajo y acceder a documentos de la empresa.

Seguridad: En la nube es muy sencillo generar copias de seguridad y restaurarlas en caso de que sea necesario, además de la ventaja que supone no tener datos críticos para la organización en dispositivos físicos.

Sostenibilidad: El cloud computing reduce la necesidad de instalar equipos físicos en las oficinas, con los consiguientes ahorros a nivel de consumo energético para las organizaciones.

Pero, como decíamos al principio, también existen algunos inconvenientes a considerar cuando se está planteando adoptar estos servicios, especialmente para los negocios más pequeños:

Problemas técnicos: Como tecnología que es, el cloud computing no se libra de los desajustes e incidentes técnicos que, a veces, pueden suponer que nuestros datos no estén accesibles temporalmente. Además, para un perfecto funcionamiento de todos los servicios es necesario una potente conexión a Internet.

Ataques a los proveedores: Almacenar información en la nube puede hacer a la compañía vulnerable a ataques externos. En Internet la seguridad total no existe y siempre hay hackers lo suficientemente habilidosos como para sustraer información de los proveedores de cloud.

En resumen, este es el marco que debes conocer si te estás planteando implementar la tecnología en la nube para tu organización. Muchas ventajas y algún inconveniente para un sistema que, aunque aún está dando sus primeros pasos, tiene todo el potencial necesario para convertirse en herramienta obligatoria de todas las empresas.

¡Seguiremos atentos a su evolución!